Ya vimos cómo lavar el rostro, ahora vamos a explorar la logística. Dos veces al día es la frecuencia óptima para limpiar la piel. En cuanto a la duración de la limpieza, como regla general la rutina del cuidado de la piel debe durar todo el tiempo que necesites para eliminar completamente la suciedad y el maquillaje y completar los cinco pasos esenciales.
Durante la noche, la piel acumula sudor, aceite y suciedad, así que es muy importante refrescarla y limpiarla
al despertar. Esto ayuda a que la piel luzca energizada, y además crea una base limpia para aplicar el humectante SPF y el maquillaje. Durante el día, la grasa y unas partículas llamadas radicales libres pueden adherirse a la piel, así que es indispensable realizar también una limpieza por la noche. Esto además te permite eliminar la base, el corrector y todo el maquillaje de la piel. Si no lo eliminamos, el maquillaje puede obstruir los poros, lo que puede provocar imperfecciones como puntos negros y granos.