La mejor rutina de cuidado de la piel para las mujeres deportistas
Si eres deportista, es muy probable que tu piel se exponga a diversas condiciones climáticas. Si te ejercitas principalmente al aire libre, puedes encontrarte con temperaturas variables, inclemencias climáticas y los dañinos rayos del sol. Incluso si eres una atleta que entrena en interiores, tu piel puede experimentar mucho más sudor y suciedad que la de una persona promedio que no hace ejercicio con regularidad. ¿Eres una nadadora? Esa constante exposición al cloro pasará factura a tu piel. Queremos que tu piel se mantenga agradable y con un aspecto saludable, incluso si la pones a prueba todos los días. Debes poder entrenar sin que esto suponga dificultades para tu piel.
1. La limpieza antes y después de hacer ejercicio
Aunque seas una fanática del gimnasio o deportista profesional, habrá un momento en el que tengas trabajo o reuniones antes del entrenamiento y es posible que lleves maquillaje. No cometas nunca el error de no desmaquillarte antes de hacer ejercicio: es un caldo de cultivo para los brotes, y tu piel no podrá respirar bajo la capa de productos. Si no tienes mucho tiempo antes de entrenar, facilita las cosas desmaquillándote con una toallita.
Después del entrenamiento, debes limpiarte el rostro con bastante rapidez; no deben pasar más de 5 minutos, para evitar que el sudor se deposite en tu rostro. El ejercicio es casi como un minitratamiento facial, ya que los poros se abren, y el sebo y el aceite se expulsan. Sin embargo, si dejas que el sudor se asiente en tu piel, puede obstruir los poros y causar imperfecciones. Utiliza un limpiador suave para lavarte el rostro y eliminar la suciedad y el sudor acumulados en la superficie de la piel. La piel grasa puede beneficiarse de un limpiador formulado con ácido glicólico o carbón que ayude a cortar la grasa para eliminar las impurezas de la superficie de la piel. La piel seca se beneficia de un limpiador nutritivo o a base de aceite, formulado con ceramidas, para ayudar a restaurar la función de barrera de la piel. Para la piel normal, usa un limpiador suave que deje tu piel fresca y limpia, como Clean+ Invigorating Daily Scrub de Garnier SkinActive. La piel sensible es compatible con un limpiador calmante: busca ingredientes en la fórmula como el aloe vera o la manzanilla para ayudar a calmar, suavizar e hidratar la piel.
2. Calma tu piel con una bruma
Es posible que sientas ardor o calor en la piel después de la sesión de entrenamiento y justo después de la limpieza. Utiliza una bruma facial calmante, formulada con ingredientes como rosa o lavanda, para ayudar a refrescar tu piel. La bruma tiene el beneficio adicional de hidratar la piel si la utilizas justo antes de aplicar el humectante. Esto se debe a que retiene algunas de las partículas de agua y las sella en tu piel.
3. Humecta
Una vez que la piel haya recuperado su temperatura normal y ya no se vea enrojecida, debes aplicar un humectante. Utiliza un producto ligero y no comedogénico que refresque e hidrate tu piel. Si pasas tiempo al aire libre y crees que la suciedad y las partículas de contaminación pueden haber entrado en tu piel, ahora es un buen momento para restaurarla con un cuidado de la piel formulado con antioxidantes. Moisture Rescue Gel-Cream de Garnier SkinActive defiende tu epidermis contra la pérdida de humedad, y está formulada con vitamina C y E para ayudar a proteger la piel de los radicales libres. También contiene FPS, que protegerá tu piel de los rayos dañinos del sol. Si buscas algo que te ayude a potenciar la luminosidad de tu piel, prueba Clearly Brighter Anti-Sun Damage Moisturizer with SPF 30 de Garnier SkinActive. Ayuda a reducir el aspecto de los daños causados por el sol y revela una piel tonificada y de aspecto más joven. También puede ayudar a aclarar el aspecto de las manchas oscuras con un uso continuado en el tiempo.
4. Hidrata
Cuando sudas, pierdes mucha agua. No te limites a hidratar tu piel con humectante; asegúrate de que tu cuerpo reponga los niveles de humedad y bebe también mucha agua. Intenta beber suficiente agua en función de la intensidad de tu entrenamiento y de la temperatura general en la que te hayas ejercitado.
Hacer ejercicio es excelente para la piel y el cuerpo, pero también hay que asegurarse de cuidarla antes y después para evitar brotes o daños. Con un poco de preparación y los productos adecuados, te aseguras de tener una piel luminosa y de aspecto saludable.