Deja atrás los malos hábitos de cuidado de la piel y consigue una gran rutina de cuidado de la piel
La mayoría de la gente tiene por lo menos algunos malos hábitos en lo que se refiere a su piel. Por desgracia, estas malas elecciones pueden afectar a la piel y dañarla potencialmente a largo plazo. Si quieres que este sea el año en que cambias tus hábitos de cuidado de la piel para mejor, podemos guiarte en el camino.
Mal hábito n.º 1: Te hurgas la piel
Entendemos que es muy difícil mantener las manos alejadas de los puntos negros, las espinillas y los granos. No son deseables en tu rostro y apretarlos parece una solución rápida, salvo que el daño que estás haciendo a tu piel es probablemente peor que tener una imperfección. El daño que causas al hurgarte la piel puede permanecer visible más tiempo que si decidieras simplemente dejar la imperfección ahí. Pueden formarse cicatrices de acné, cuya corrección puede llevar semanas o hasta meses. Además, si tus dedos no están limpios podrías estar arrastrando gérmenes y grasa sobre tu piel, lo que solo empeoraría tus brotes. La mejor solución es mantener las manos alejadas del rostro.
Mal hábito n.º 2: No te limpias la piel por la noche
A veces, cuando estás muy cansada después de un largo día, lavarte el rostro, desmaquillarte y humectarte parece demasiado. Pero por muy fastidioso que sea, debes desmaquillarte. Si no lo haces, te irás a dormir con los poros obstruidos, grasa y células muertas en el rostro, y todo esto puede provocar imperfecciones e impedir la renovación celular superficial. Con toda seguridad no te despertarás con una piel resplandeciente.
Hazte la vida más fácil encontrando una forma muy fácil de limpiarte. Usa agua micelar o toallitas limpiadoras diseñadas para tu tipo de piel. Con el agua micelar, unas cuantas pasadas por el rostro con un algodoncito eliminarán todos los restos de maquillaje, suciedad y grasa que se hayan podido formar en el rostro. El agua micelar está llena de micelas, partículas de aceite solubles en agua que atraen las partículas de aceite y suciedad como un imán. Eliminará de tu piel cualquier partícula de sebo o grasa con suavidad. Si tu piel es muy grasa, puedes limpiarte el rostro con una toallita especialmente formulada para pieles grasas. Refrescará tu piel y no te irás a dormir con el rostro "sucio".
Mal hábito n.º 3: Fumas
Ya sabes que fumar es malo y puede causar graves problemas de salud. También puede causar estragos en tu piel porque la priva de nutrientes, puede darte un tono de piel desigual y hacer que tu piel se torne flácida. Aprovecha este nuevo año para dejar tu mal hábito. Si no dejas de fumar, estás comprometiendo la salud de tu piel y sometiéndola a daños.
Mal hábito n.º 4: Bebes demasiado
El alcohol nunca falta en muchas situaciones sociales, y si bien una copa de vino no tiene por qué ser un problema, el exceso de alcohol puede hacer que la piel no tenga un aspecto óptimo. El exceso de alcohol puede deshidratar tu piel y privarla de los nutrientes y electrolitos necesarios. Lo mejor es hidratarse con agua, y si sales por la noche y bebes mucho, intenta beber un vaso de agua entre copa y copa.
Mal hábito n.º 5: No haces ejercicio con regularidad
Te estarás preguntando qué tiene que ver el ejercicio con tu rutina de cuidado de la piel y la respuesta es: ¡mucho! La mayoría de la gente piensa en el ejercicio como algo que solo beneficia a su cuerpo o estado físico, pero puede ser beneficioso para la piel. Hacer ejercicio con rigor significa que vas a sudar. Cuando sudas, tus poros se abren y expulsan la suciedad y la grasa. Solo asegúrate de limpiarte después de tu sesión de sudor, porque la transpiración y las células muertas de la piel pueden ser un caldo de cultivo para las imperfecciones. Lee aquí nuestra guía para el cuidado de la piel antes y después del gimnasio.
Mal hábito n.º 6: No utilizas FPS todos los días
El FPS es increíblemente importante. De hecho, es tan importante que debes convertirlo en parte de tu rutina diaria. Aunque esté nevando, debes llevar al menos un FPS 15 o superior. ¿Por qué? Porque la exposición al sol es el mayor factor de envejecimiento prematuro de la piel. No dejes que el sol dañe tu piel en forma de manchas solares, líneas de expresión y flacidez. La manera más fácil de llevar siempre FPS es utilizar un hidratante diario o una BB Cream que incluya protección solar. Aplica tu producto con FPS por la mañana después de la limpieza y quedarás lista.
Mal hábito n.º 7: Te exfolias demasiado o muy poco
La exfoliación ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel y permite que los productos actúen eficazmente. Asegúrate de exfoliarte al menos una vez a la semana con un producto que contenga ácidos de frutas suaves. Evita exfoliarte con demasiada frecuencia, ya que puedes irritar la piel y hacer que aparezcan brotes más a menudo, sobre todo con productos granulados muy duros que utilizan arena o cristales.
Mal hábito n.º 8: Los antioxidantes no son parte de tu vida
Los antioxidantes son una buena forma de ayudar a mantener sanos tu cuerpo y tu piel. Consumirlos en los alimentos y aplicarlos tópicamente sobre la piel puede ser beneficioso. Busca vitamina C, vitamina E, té verde y retinol (vitamina A) para utilizarlos en forma de sérums, limpiadores y humectantes. En cuanto a los alimentos, las verduras de hoja verde, los cítricos y las bayas están llenos de antioxidantes.
Ahora que ya sabes cuáles son los hábitos que tienes que cambiar o eliminar de tu vida, podemos hablar de cómo puedes cuidar tu piel para que luzca impecable. Te presentamos una sencilla rutina de cuidado que puedes seguir a diario para tener una piel de aspecto saludable.
Tu rutina perfecta de cuidado de la piel
Primer paso: Eliminar la suciedad
¿Recuerdas que lo mencionamos antes? Debes limpiarte el rostro antes de irte a dormir. La buena noticia es que hay una gran variedad de opciones entre las que elegir: puedes utilizar un limpiador completo y agua, una leche limpiadora o si quieres facilitarte las cosas, un agua micelar que no requiere enjuague. Aquí tienes toda la información sobre el mejor método de limpieza para tu tipo de piel:
Piel normal
Utiliza agua tibia y un limpiador facial suave para eliminar la suciedad y la grasa que se hayan acumulado en tu rostro a lo largo del día. Una vez que hayas eliminado la acumulación, tu piel estará limpia y preparada para el resto de tu rutina.
Piel grasa
Una rutina nocturna adecuada para el cuidado de la piel puede ser decisiva para que la piel grasa tenga o no un aspecto graso al día siguiente. Cuando limpias meticulosamente la piel, puedes regular la producción de grasa y también reducir la apariencia de poros dilatados. Asegúrate de utilizar un limpiador capaz de eliminar todas las impurezas. Te recomendamos un exfoliante eliminador de puntos negros como Clean+ Pore Purifying Cleanser 2 en 1 con carbón de Garnier SkinActive para una limpieza profunda.
Piel seca
Utiliza un limpiador suave para potenciar la barrera natural de la piel; no uses nada demasiado fuerte ya que que tu piel podría resecarse aún más.
Piel sensible
Las fragancias y el alcohol pueden hacer que tu piel se inflame. Utiliza un limpiador lechoso, no comedogénico, específico para pieles sensibles.
Todos los tipos de piel deben limpiarse tanto por la mañana como por la noche.
Segundo paso: Hidratar o tonificar
Este paso desempeña un papel muy importante en la eficacia de tu rutina nocturna de cuidado de la piel, ya que puede tratar problemas cutáneos específicos de tu piel.
Piel normal
Es probable que aún tengas algún problema en el que te gustaría profundizar, como las líneas de expresión o minimizar los poros. Asegúrate de encontrar una mascarilla que pueda actuar durante la noche para solucionar estos problemas.
Piel grasa
Es el momento de utilizar un producto pro-retinol que ayude a controlar la producción de grasa en tu piel.
Piel seca
Puedes sellar hidratación extra en tu piel utilizando un sérum humectante o una mascarilla nocturna. Es como un vaso de agua para tu piel, y su absorción dejará tu tez resplandeciente.
Piel sensible
Aunque los retinoides hacen maravillas en la mayoría de los demás tipos de piel, pueden tener una reacción negativa en la piel sensible. En su lugar, opta por la vitamina C, que tiene propiedades antioxidantes pero no irrita la piel.
Tercer paso: Hidratar y humectar la piel
Piel normal
Elige un humectante de noche con retinol, péptidos o vitaminas A o C.
Piel grasa
Puedes decidir si usar o no usar un humectante muy ligero dependiendo de lo grasa que parezca tu piel después de aplicar pro-retinol.
Piel seca
Dependiendo de lo intenso que sea tu sérum o mascarilla en el paso anterior, el paso dos puede ser el último en tu rutina. Si crees que tu piel necesita humectación adicional, utiliza un humectante ligero de noche después del sérum o la mascarilla.
Piel sensible
La hidratación de una mascarilla es tu aliada en la lucha contra la descamación y la sequedad. Aplícate una varias veces por semana.
Cuarto paso: Cuidado de los ojos
Una mirada brillante es la clave para lucir fresca por la mañana. Sin duda los ojos deben ser parte de tu rutina de belleza nocturna, ya que la piel del contorno de ojos es muy delicada. Usa una crema o gel para que esta delicada zona se mantenga flexible e hidratada.
Y eso es todo, la rutina perfecta para el cuidado nocturno de la piel. Asegúrate de preparar tu piel antes de acostarte para despertarte con un aspecto perfecto. ¡Asegúrate también de dormir entre 7 y 8 horas para sentirte y lucir descansada cuando te despiertes!